La ambientación de las distintas épocas que recrea es impresionante, con gran atención al detalle, donde para nosotros sobresale las hermosas imágenes de las Sierras de la Ventana, a través de las secuencias realizadas en los fondos de Villa Ventana (bombardeo de aviones), Sierras Grandes (Cruce de los Pirineos), entre otras.
El director de La misión (The misión, 1986) y Los gritos del silencio (The killing fields, 1984) utiliza como telón de fondo histórico la guerra civil española y la creación del Opus Dei, para desarrollar un drama de ficción con varios temas de interés, donde el principal es el perdón y tangencialmente toca otros como la amistad, la redención y la sinrazón de la guerra.
Es una película sobre creyentes y no creyentes. Quedé profundamente impresionado por la convicción de San Josemaría de que todos somos santos en potencia, por su fe en que cada quién es, en última instancia, capaz de acabar con sus propios dragones.
Muy buena película en general, a la que solamente se le puede achacar para ser totalmente redonda, el hecho de que le falte algo de intensidad emocional en algún momento que lo requiere, pero que sin lugar a dudas no debes dejar de ver, sobre todo si eres fan de nuestras sierras y mucho más si participaste como extra en ella.